Heridas infectadas: las heridas infectadas deben vigilarse estrechamente, y es posible que el cambio de apósito deba
realizarse con mayor frecuencia que en el caso de heridas que no están infectadas, dependiendo de factores como el
estado de la herida, los objetivos del tratamiento y los parámetros de la terapia de instilación (para el Sistema de Terapia
V.A.C. Instill®). Consulte las instrucciones de aplicación de apósitos (que se encuentran en los envases de Apósitos V.A.C.®)
si desea más detalles respecto a la frecuencia del cambio de apósito. Como en cualquier otro tratamiento de heridas,
los profesionales sanitarios y cuidadores deben supervisar con frecuencia la herida, el tejido circundante a la misma y
el exudado del paciente por si aparecen síntomas de infección, empeoramiento de la infección u otras complicaciones.
Algunos de los síntomas de infección son fiebre, dolor con la palpación, enrojecimiento, hinchazón, picor, erupción
cutánea, aumento del calor en la herida o la zona circundante, secreción purulenta u olor fuerte. La infección puede ser
grave y dar lugar a complicaciones como dolor, malestar, fiebre, gangrena, shock tóxico, shock septicémico o lesiones
mortales. Algunos de los signos o complicaciones de la infección sistémica son náuseas, vómitos, diarrea, dolor de
cabeza, mareo, desmayo, dolor de garganta con hinchazón de las membranas mucosas, desorientación, fiebre alta,
hipotensión resistente al tratamiento u ortostática o dermatitis exfoliativa (una erupción similar a las quemaduras por
el sol). Si se observa cualquier signo de la aparición de infección sistémica o del avance de la infección en
el lugar de la herida, póngase en contacto inmediatamente con el facultativo al cargo para determinar si
debe interrumpirse la Terapia V.A.C.®. Para infecciones de la herida relacionadas con los vasos sanguíneos, por favor,
consulte también la sección «Infección de los vasos sanguíneos».
Osteomielitis: la Terapia V.A.C.® NO debe iniciarse en una herida con osteomielitis no tratada. Deberá considerarse la
opción de realizar un desbridamiento minucioso de todo el tejido necrótico y no viable, incluido el hueso infectado
(si fuera necesario) y administrar un tratamiento antibiótico adecuado. Proteja el hueso intacto con una capa sencilla
de material no adherente.
Protección de los tendones, ligamentos y nervios: deben protegerse los tendones, ligamentos y nervios para
evitar el contacto directo con los apósitos de espuma V.A.C.®. Estas estructuras pueden cubrirse con tejido natural,
malla de material no adherente o tejidos tratados mediante bioingeniería, para ayudar a reducir al mínimo el riesgo
de desecación o lesión.
Colocación del apósito de espuma: utilice siempre Apósitos V.A.C.® provenientes de paquetes estériles que
no estén abiertos o dañados. No coloque ningún apósito de espuma en túneles ciegos o sin explorar. El Apósito
V.A.C.® WhiteFoam puede ser más apropiado para el uso en túneles explorados. No fuerce los apósitos de espuma
en ningún lugar de la herida, ya que esto puede dañar el tejido, alterar la distribución de la presión negativa o
dificultar el exudado y la posterior retirada del apósito. Cuente siempre el número total de piezas de apósito que
utiliza en la herida. Documente la cantidad de piezas de espuma del apósito y la fecha de cambio del apósito en la
lámina adhesiva o en la etiqueta indicadora de la cantidad de piezas de apósito, si está disponible, y en la historia
del paciente.
Los Apósitos de espuma V.A.C.® son radiotransparentes, esto es, no detectables mediante rayos X.
Retirada del apósito: los apósitos de espuma V.A.C.® no son bioabsorbibles. Cuente siempre el número total de
piezas de apósito que retira de la herida y asegúrese de que retira el mismo número de piezas de apósito que se
colocaron. Las piezas del apósito que permanezcan en la herida durante más tiempo del recomendado pueden
fomentar el crecimiento interno de tejido en la espuma, crear dificultades para su retirada o provocar una infección
u otro efecto adverso. Si el apósito se adhiere a la herida, contemple la posibilidad de introducir agua estéril o
solución salina normal en el apósito, esperar de 15 a 30 minutos y luego retirar con cuidado el apósito de la herida.
Independientemente de la modalidad de tratamiento, los trastornos en el nuevo tejido de granulación producidos
durante el cambio del apósito pueden resultar en el sangrado del lecho de la herida. Es posible que se produzca una
pequeña hemorragia, que por otra parte, es de esperar. No obstante, los pacientes con un alto riesgo de hemorragia,
como se describe en la sección «Hemorragias», presentan un mayor riesgo de sangrados más graves en el lecho
de la herida. Como medida de precaución, contemple la posibilidad de utilizar el Apósito V.A.C.® WhiteFoam o
material no adherente bajo el Apósito V.A.C.® GranuFoam™ para reducir al mínimo el riesgo de hemorragia al retirar
el apósito en estos pacientes. Si aparece una hemorragia importante, interrumpa inmediatamente el uso del Sistema
de Terapia V.A.C.®, adopte las medidas necesarias para detener la hemorragia, y no retire el apósito de espuma hasta
consultar con el facultativo o cirujano responsable del tratamiento. No reanude el uso del Sistema de Terapia V.A.C.®
hasta que se haya logrado una hemostasia adecuada y el paciente no presente riesgo de hemorragia continua.
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